martes, 17 de marzo de 2015

A los 48, tuvo los hombres que quiso

Daniel Terán. Este es el último nombre que Marta Sánchez debe añadir a su lista de conquistas amorosas que terminaron lejos de su vida.A sus 48 años, no puede decirse que la cantante haya tenido mucha suerte en el amor. O sí, porque Marta tiene un amplio abanico de amores y eso para más de uno podría considerarse una fortuna.Sin embargo, ninguna de esas conquistas logró robarle el corazón en  forma definitiva.Ahora, tras dos años de relación con Terán, vuelve a quedarse soltera. Con el músico ha tenido una relación de idas y venidas que al final no ha llegado a buen puerto. Con él se marchó a vivir a Miami e inició una nueva etapa personal y profesional.Una ironía de la vida porque, mientras debe asumir la decepción de la ruptura, saborea las mieles del éxito con el disco que su ya ex le ha ayudado a crear. 21 días ya está en lo más alto de las listas musicales, el único motivo que puede consolar a la cantante tras romper con su última pareja.Tras este nuevo desamor, Vanitatis repasa la larga lista de hombres que han pasado por la vida de Marta sin que ninguno de sus romances haya sido definitivo.Desde que se convirtiera en la Madonna española de la mano del grupo ochentero Olé, Olé, la vida privada de Marta está presente en las revistas del corazón.Aunque el primer novio de Marta fue Fernando Aranguren, un joven al que conoció en la localidad gallega de Sanxenxo a la que viajaba con sus padres para disfrutar de las vacaciones de verano, lo cierto es que la primera pareja de Marta que se recuerda es al desaparecido Juan Tarodo. Con el batería de Olé, Olé Marta vivió un bonito romance.Tras dejar Olé, Olé, Marta y Juan rompieron su relación y mientras él rehízo su vida al lado de Marta Ugena, ella se dejó querer por otro baterista, Sterling Campbell, del grupo Durán Durán. Corría el año 1991 y la cantante se había marchado a probar suerte a Estados Unidos con el músico para vivir nuevas experiencias artísticas.Sin embargo, aquello tampoco funcionó y aquella década, la de los 90, fue muy movida a nivel personal para Sánchez. Mantuvo un idilio con Slash, del grupo Guns N’ Roses, y también con el empresario Gigi Sarasola, pero el único que consiguió llevarle al altar (por aquel entonces) fue el argentino Jorge Salati, con quien apenas estuvo un año casada.Pero más sonada que su boda y su pronta separación fue su relación con el torero Javier Conde. Por él bebía los vientos a mediados de los noventa y actualmente el diestro es una de sus parejas más recordadas gracias a los innumerables escándalos que protagonizaron.  Sin embargo, en esta frenética década aún hay un nombre más por añadir, el de Marcelo Polinares, un puertorriqueño de apenas 20 años con el que Marta se dejó ver solo tres meses después de su separación con Salati en 1994.Tras la tempestad llegó la calma y con el publicista Jesús Cabanas, Marta fue capaz de encontrar una estabilidad sentimental que hasta aquel momento no había conseguido. Se casó con él en 2001 y fruto de esa unión nació en 2003 su única hija, Paula. Sin embargo, tras ocho años de matrimonio, la pareja rompía y con la ruptura se desataban los rumores de que en su adiós definitivo habían tenido que ver terceras personas. Unas terceras personas que tenían nombre propio: Carlos Baute.Aunque aquello fue desmentido por la cantante, aquel rumor que vinculaba a Marta con el venezolano tras su colaboración en el éxito Colgando en tus manos, a día de hoy se sigue considerando bastante creíble y muchos lo dan por hecho. Entre ellos, la propia exnovia de Baute.Verdaderos o no los rumores, lo cierto es que Marta Sánchez recuperó la sonrisa tras su separación con Hugo Castejón, un abogado hasta entonces desconocido para la prensa rosa. Con él, Marta vivió dos años de amor que, como en episodios anteriores, no llegó a triunfar. Sus diferentes puntos de vista sobre si dar o no un paso más en su romance dieron al traste con su relación y la pareja decidió poner punto y final. Aquella sensación, la de quedarse con el corazón roto, no era nueva para Marta. Tampoco lo es ahora.

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