El sábado por la tarde, y con el terror que sentía Fernanda Vives ingresó al quirófano de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina para corregir una deformidad en una de sus lolas. Esa fue la cuarta ocasión en la que Fernanda intentaba solucionar la molestia estética que se estaba convirtiendo en un agudo dolor físico. Esta vez, decidió hacerlo en la prestigiosa clínica y en manos del cirujano Cristian Pérez Latorre, quien, al intervenir a la vedette, descubrió que no se trataba sólo de un pliegue en el implante sino que también de algo mucho peor, e incluso posiblemente mortal.
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