La industria televisiva tuvo un mes de abril para el olvido. El ingreso de dinero de publicidad no alcanza para cubrir el finaciamiento de los presupuestos que se armaron cuando se planificó el 2017.Los cuatro canales privados de la Ciudad de Buenos Aires pasan por un situación similiar, altos costos, menos producción y una torta publicitaria chica para dividir entre tantos "comensales".Para entender esta situación lo primero que debemos recordar es que
el mercado publicitario es chico en la Argentina, cuando uno la compara
con otros países de Latinoamérica.El tema del consumo
afecta directamente a la publicidad televisiva, ya son cinco trimestres
seguidos que el consumo está en negativo, sencillamente las ventas de los anunciantes más populares están en baja. En 2016 el consumo cayó un 4 % y en lo que va del 2017 mejoró un poco pero aún está en un 2 % negativo.El
contexto para el mercado es malo, de enero a abril de este año es mejor
al del 2016, pero aún está muy por debajo de la inflación. De todas
maneras el resto de los medios estan aún peor. Porque a la hora de
elegir un lugar donde poner publicidad en tiempos difíciles, los
empresarios aún eligen la televisión abierta.Frente a este
panorama los canales intentan ponerle el pecho a la crisis y siguen
estrenando producciones y apostando a tratar de combatir las vacas
flacas.Todavía es temprano para hacer un balance definitivo del asunto, pero lo cierto es que la televisión argentina depende de la publicidad y la misma escasea,
por lo tanto los gerentes de programación a falta de plata, tendrán que
agudizar su ingenio para seguir generando contenidos al menor costo
posible, tratando de mantener la calidad. Un desafío complicado pero no
imposible de llevar adelante.
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