Yo fui testigo… ¿Se acuerdan de ese programa? Bueno, en este caso, esto podría titularse de este modo: “Él fue testigo”. ¿De quién estoy hablando? Simple, amigos, del encargado de la caja del restaurante “La Caballeriza” de Parque Leloir, lugar elegido por Vanucci y Fabbiani para celebrar la unión conyugal. Y ustedes se estarán preguntando… ¿De qué corno fue testigo este ignoto laburante? Más simple aún, amados lectores, de la primera pelea de casados del flamante matrimonio. Según las fuentes inobjetables que me informan con la precisión del doctor Juri, Fabbiani, al momento de abonar la factura (cabe aclarar que pagó, que no fue un canje, algo para rescatar en este vernáculo farandulero) la miró a su esposa, con una fusión de las caras de Darío Grandinetti y Miguel Ángel Solá, y le propinó: “Una nota más y me voy al auto”. Está claro que el muchacho quería algo discreto pero su ex, Amalí Granatius, lo anunció en el programa de Petti. Sin embargo, lo que más le molestó al futbolista fue ver cómo su señora alimentaba a las fieras y era funcional a la prensa, algo que él aborrece por completo.
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