Han tenido que pasar dos años y medio para que el Príncipe Enrique de
Inglaterra (30 años) hable de la famosa fiesta en la que que, en el
verano de 2012, participó en Las Vegas.Las fotos del hijo pequeño del Príncipe Carlos desnudo con varias
chicas, jugando al billar sin ropa y tomando copas en una pileta de la
ciudad del pecado dieron la vuelta al mundo y fueron la portada del
periódico sensacionalista «The Sun». Sin embargo, ningún miembro de la
Familia Real quiso hacer declaraciones al respecto. La estrategia fue el
silencio y empezar un «lavado de cara» a la imagen de uno de los
Príncipes más controvertidos de las monarquías europeas.Lejos quedan ya esas fotografías para los seguidores de la Familia
Real gracias a que Enrique de Inglaterra está centrado en seguir los
pasos de su madre, la Princesa Diana, involucrándose en causas
humanitarias. Dos años y medio después, y cuando la polémica está
olvidada, Enrique hizo un mea culpa. «Probablemente fue un caso clásico
de que yo era demasiado soldado y no lo bastante Príncipe. Fue
simplemente un caso de eso», ha reflexionado.Los medios británicos quieren justificar el comportamiento del
Príncipe con la teoría de que, tras 20 semanas en Afganistán «viendo
cosas horribles», como él ha confesado, tuvo que relajarse
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario