Trabajar en ficciones del prime time de los canales más vistos conlleva dejar muchísimas cosas de lado. Luciano Castro, uno de los protagonistas de Los ricos no piden permiso, contó los detalles de cuando tuvo que dejar el boxeo. "Todavía era sparring mientras grababa Valientes. Pero trabajar de eso me trajo problemas con mi jefe de la productora, Adrián Suar.
Lo que colmó el vaso es que tenía todo un lado de la cara golpeado;
entonces durante una semana grabé de perfil y tapándome con el pelo.
Adrián vio las escenas, se dio cuenta y preguntó qué pasaba hasta que le
contaron", informó a Pronto. "Entonces un día
me llamó a su oficina, se sentó en la punta de la mesa, me mostró mi
contrato y me dijo 'no boxeas más'. Ahí dejé de boxear", concluyó sobre
la anécdota. Sobre su estilo boxístico, describió: "No
era un estilista, era un peleador: yo heredé las manos de mi abuelo.
Hice seis peleas amateur, perdí cuatro y gané dos. Peleaba en categoría
medio pesado. Cuando grababa Valientes pesaba 96 kilos, diez más de lo
que pesa ahora".
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