Ya más afianzada la relación, Sabrina Rojas se animó a desabrocharse el corazón y revelar contra todo lo que tuvo que luchar para entregarse a su pasión por Luciano Castro. La rubia dejó a su novio de seis años para rendirse a los brazos del galán de Valientes, con quien hoy ya convive."Fue un poco intempestivo, sí. Porque yo tenía mi casa, pero la tuve que poner en venta tras mi separación. Pero no me metí de prepo. Soy muy respetuosa en esas cosas y no voy a donde no me invitan. Hasta que no me dicen que deje algo, yo llevo y traigo mi bolsito", contó cómo se fue instalando en la casa del actor. Y sacó pecho: "Tomé decisiones fuertes y drásticas. Me la jugué en cosas que muchos no tendrían el coraje suficiente. Cuando siento que algo es verdadero, no me importa nada. Dejo todo por amor". "La verdad es que siempre evité enamorarme de alguien que laburara de lo mismo que yo, pero cuando te pasa, ¡te pasa! Hoy lo que hago es evitar ver cosas que quizá me generen alguna inseguridad. Es su trabajo y punto, como yo tengo el mío. Nosotros casi no hablamos de trabajo, obviamos la parte incómoda", afirmó. Además, la rubia aseguró que el hecho de salir con Castro ha bajado sus acciones en cuanto a los hombres: "Hay más respeto, es verdad. Ya nadie me encara: saben que estoy ocupada. Imaginate que muchos deben pensar: “Si está con Luciano Castro, no me va a dar bola a mí”. Perdí el encanto, ja ja". Por último, confesó que la gala del caño en el Bailando no le causa mucho agrado a su chico: "No es lo que más le gusta, pero él respeta mucho mi trabajo... y no le queda otra. No me va a mirar cuando bailo, y haremos de cuenta que nunca pasó".
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