Un empresario de Córdoba, de una de las ciudades más importantes en el tema agrario, viajó hace aproximadamente un mes a Buenos Aires, por unas reuniones de trabajo y se hospedó en el Hotel Intercontinental. Uno de los empresarios de Buenos Aires con los que debía encontrarse quiso hacerle una “pequeña broma” y le envió una chica a su habitación que le ofrecía sus servicios sexuales. Al abrir la puerta, el empresario se encontró con una gran sorpresa: la chica en cuestión era una de las diez finalistas de “Bailando 2011”, que al ver la negativa del empresario, empezó a los gritos, diciendo que ella, por aceptar este trabajo, había tenido que cancelar otras citas y dejar a otros clientes de lado, por lo que el empresario gentilmente le pagó una suma de dinero y ella se retiró del conocido hotel, con plata en mano, pero sin haber completado su trabajo.
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