Pasaron tres años. Mirtha Bertotti se mudó a la casa de su fallecido
suegro, su marido sigue enganchado con la tele, el fútbol y la ignora
como siempre; su hijo Nacho salió del closet feliz; su hija Sofía tiene
varios novios simultáneos y su hijo Claudio sigue tan delirado como
siempre. Y llegarán a la vida familiar dos nuevos personajes, un tío
estafador de poca monta y su compañera, huyendo vaya uno a saber de qué.
Antonio Gasalla, rey y dueño de la comedia (por talento y por esfuerzo) que debutó en El Nacional, adaptó la segunda parte de la historia que Hernán Casciari
escribió en un blog de internet y en el primer fin de semana plantó un
nuevo éxito en la calle Corrientes, con entradas agotadas de viernes a
domingo.
“Más respeto que soy tu madre 2″ llegó con la potencia de su antecesora y
el público apuesta a pagar una entrada a cambio de una hora y media de
risas, mezcladas con mucho de ternura y hasta un dejo de emoción y no
sale defraudado.
Todo lo contrario, la familia disfuncional de Mirtha, que cocina incansablemente pastelitos para el sustento de los suyos, vuelve a encantar con Enrique Liporace, creíble y querible en su rol de padre; con Nazareno Mottola alcanzando puntos altos en su Caio y le permite un lucimiento especial a Claudia Lapacó, en un personaje que solo Gasalla se hubiera atrevido a proponerle y al que le pone el pecho con todo su enorme oficio.
Esteban Pérez suma como el hijo que es el amor de su madre y Noelia Marzol aporta físico y gracia a su “trolita”, mientras que Alberto Martín le pone chispa a la historia y Sebastián Borras se multiplica en varias figuras con ductilidad.
Para Gasalla queda, claro. el primer cartel y el
último, con un espectáculo que se monta sobre sus espaldas sin salir un
minuto de escena. Para él todos los aplausos de principio a final. (by laubfal)
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