jueves, 22 de enero de 2015

Romina Propato, sobre su trabajo en Stravaganza: "La ley dirá qué me corresponde y qué no"

Romina Propato y Flavio Mendoza trabajaron juntos durante 20 años, pero la relación laboral y de amistad terminó mal. En una entrevista con Intrusos, la esposa de Mariano Iúdica habló de los problemas que surgieron con el coreógrafo: "Deseaba disfrutar de Stravaganza desde un lugar de alegría y festejo, pero no pasó. Pasó en corto plazo, pero en seguida las cosas empezaron a deteriorarse. En el vínculo laboral se mezclaron intereses, poder, celos, envidias, cosas feas y estalló la bomba muy rápido".Para resolver sus diferencias debieron acudir a la Justicia: "La ley dirá qué me corresponde y qué no, qué es lo justo, a mí me gusta lo justo". Luego, explicó que todo el lío comenzó cuando ella quiso saber "cuánto" valía el trabajo que ella hacía en la producción de Stravaganza.Romina señaló que Flavio tenía problemas personales con su pareja: "Me di cuenta que a él lo perturbaba mucho Mariano, yo no me daba cuenta. En una conversación, él me aclaró muchas cosas y ahí tomé la determinación de abrirme. Son cosas esenciales, si hay un vínculo tan importante laboral y de amistad, yo estoy casada y te afecta la vida mi marido, me voy a tener que ir. No puedo estar con una persona que detesta a mi marido".Ese roce que tenía Mendoza con Iúdica fue la razón por la que ella decidió no seguir trabajando en Stravaganza: "No soy de hablar de las conversaciones que tuvimos, pero eso fue el puntapié para que yo entendiera de que no podía estar con una persona que tuviera esos sentimientos para con mi marido. Tengo una familia y trato de tenerla en una situación de armonía. Que mi amigo rechace a mi marido es raro". Tras terminar su relación laboral con Mendoza, decidió trabajar junto a su marido y esta temporada colaboró con la comedia Los bañeros se divierten.Por último, contó cómo nació Stravaganza: "Nace un día que Giordano y Pardo estaban construyendo el teatro Luxor y lo llaman a Flavio para ver qué espectáculo podían hacer y fuimos juntos. Él me decía que quería un espectáculo con agua. Lo propuso, le dijeron que sí... Él aportaba una cosa y yo otra. Lo hicimos en conjunto, fue un trabajo en conjunto, donde nos complementamos muy bien. Teníamos muy claro los lugares que ocupábamos".

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