Graciela Borges vuelve a la pantalla nacional de la mano de Daniel Burman con la película "Dos hermanos". Habla de la recomendación que le dio Gasalla y del nuevo cine argentino con talentos como Lucrecia Martel o Luis Ortega. “Creo que el cine es de equipo y en este proceso previo todo es búsqueda y placer. Antonio nos recibe en su casa, con sándwiches y tes riquísimos. Soy muy afectuosa y lo toco, al principio a él le costaba esta afectividad mía, pero ya se está acostumbrando”, contó Graciela Borges, que dentro de poco días compartirá cartel con Antonio Gasalla, en la nueva película de Daniel Burman: “Dos hermanos”. Graciela, considerada la primera dama del cine nacional, es una ferviente impulsora de los nuevos valores de la cinematografía argentina. Desde “La ciénaga” de Lucrecia Martel hasta “Monoblock” de Luis Ortega. Pero esa noble actitud no le impide seguir filmando con los grandes, como fue con “Las manos” de Alejandro Doria. “Cuando finalicé de hacerla junto a Jorge Marrale tuve el sentimiento de no tener ganas de volver a un set, porque ese trabajo tenía una especial ‘sanidad’ para mí. Tal vez quise hacer un impasse después de tantas películas. Pero este año cuando fui a verlo a Antonio (Gasalla) a su camarín, después de la función de su espectáculo teatral, le comenté: ‘¡No tengo ganas de filmar pero cómo me gustaría trabajar con vos! ¿Qué podríamos hacer juntos?’. Lo admiro mucho como actor y persona. El guión es una adaptación de la novela ‘Villa Laura’ de Sergio Dubcovsky y siento que será una gran película de Burman”, adelantó la prestigiosa actriz en la entrevista con Perfil.Sobre la nueva película, “Dos hermanos”, que se estrenará en pocos días, Graciela dijo: “Cuando leí el guión, primero me reí, luego me llegó la ternura y después cierto desconsuelo. Creo que dentro del cine nacional éste es un libro muy especial. Lo siento algo cercano a ‘El dependiente’, con personajes que se acercan a lo patético o a lo extraño, pero en realidad una no siempre tiene la sensación completa de la película hasta que la ve”. Luego, concluyó: “Cuando empecé a ensayar mi papel me salía horrible, pésimo. Hablé con Antonio y me aconsejó estudiar el texto, pero quitándole todos los signos de puntuación y fue un descubrimiento. Una trabaja siempre con la energía del otro y en este caso hace dos meses que estamos juntos pensando y caminando estos personajes. Daniel (Burman) maneja muy bien a los actores, porque parece que te deja libre, pero nunca olvida guiarte”.
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