Obviamente confesarse como portador de un virus como el HIV, peor en su memoria social que en su actual control médico, gracias a que el tiempo y la ciencia han avanzado y mucho, emociona y sensibiliza. Por eso Pachano, como Fernando Peña, como otros, tiene ahora el favor de la gente de su lado, su compasión y su emoción y ayer se mezcló todo en el aplaudo final de “Pour la gallery”. El lloró y la gente también. (fuente:laura ubfal)
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