La llegada de Fernando Burlando este lunes a Bailando por un
sueño trajo una serie de momentos que pocas veces se vio. Para sorpresa de
todos, su madre llegó... ¡con un drone!Lo manejó a la perfección y mientras daba vueltas por el techo del estudio,
se desplegó algo similar al famoso "fantasma de la B" pero con una inscripción
peculiar dedicada a Marcelo Polino: no al cero. Luego, sacó un látigo
rojo y dijo que era para vigilar a Ángel de Brito.Más tarde, Marcelo Tinelli preguntó cómo estaba la relación con su
coach y se destapó una olla de problemas: pese a las reiteradas llegadas tardes,
hubo una fuerte discusión que por suerte, al momento del programa, estaba
saldada con los pedidos de disculpas correspondientes.Barby Franco, la pareja y partenaire del abogado, manifestó que había
una participante del certamen que tenía un atraso. Luego contó que era
Lourdes Sánchez y las cámaras se posaron sobre la cara de "el Chato"
Prada que estaba más que sorprendido."¿Le gustaría tener un hijo más?", le preguntó el conductor y el productor
respondió: "¿Por qué no? Nunca es tarde". Al rato, la bailarina salió por
teléfono y manifestó: "Este fin de semana tuve muchos de los síntomas que
tiene una persona embarazada".Después de tantos momentos inesperados, llegó el turno de lo único
previsible: el baile. Y como si fuera poco aquí también hubo sorpresas:
Burlando realizó una serie de acrobacias que dejó a todos
boquiabiertos.Sin embargo, a Ángel de Brito no le gustó y le puso un 4. "La
coreografía tiene desorden", comentó Nacha Guevara con su voto secreto.
Moria Casán y Solita Silveyra se pusieron de acuerdo y pusieron un
7 las dos.Por último, le tocó puntuar Marcelo Ponilo, el jurado más temido por
el abogado. "La danza me gustó y se nota que están trabajando", dijo y en su
pantalla apareció un 5.
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