lunes, 24 de marzo de 2014

Marisa Brel y el reencuentro con la mujer que le alquiló el vientre de su hijo Timoteo

“Estoy súper emocionada y ansiosa! Llega Joy a La Argentina junto a su familia, que es mi familia. Qué experiencia más profunda nos ha tocado vivir en esta vida. Dos mujeres trayendo una vida al mundo. Dos familias unidas por elección y amor. Gracias Dios por haberme dado fuerzas para soportar 10 años de NO porque ya entendí que eran parte del camino para vivir esta insuperable experiencia de tener un hijo con la ayuda de otra mujer”, anunció Marisa Brel.Marisa invitó a Joy, la mujer norteamericana que gestó a su hijo en su vientre, a conocer el país y a disfrutar del bebé que, como ella dice, tuvieron juntas. La última vez que se vieron fue cuando nació Timoteo, hace un año atrás y medio atrás. Luego siguieron en contacto.La periodista alquiló un vientre en EE.UU. para tener a su segundo hijo. Brel, era madre de Paloma de 8 años, a quien tuvo gracias a un tratamiento de fertilización asistida. El embrión del bebé fue de ella y soló debió usar el vientre de Joy para que naciera Tomoteo.Marisa y Joy se conocieron en la clínica, en el momento de la transferencia de cuatro embriones. “Además de mi hija, conocer a Joy fue lo más fuerte que me pasó. No me va a alcanzar la vida para agradecérselo”, contó en aquel momento.Joy no logró embarazarse durante la primer práctica: “Fue durísimo, estaba destrozada. Pero decidí probar de nuevo. Me negué a recurrir a la ovodonación, quería probar de nuevo con mis óvulos”.Meses después, Marisa empezó la estimulación ovárica. “Mi médico hizo un protocolo con especialistas de Los Angeles y Nueva York, mucho más fuerte. tuve que aplicarme seis inyecciones en la panza en vez de las cuatro del intento anterior”, contó.“Volvimos a elegir a Joy. Mis ovarios respondieron bien. Le transfirieron cuatro óvulos. En el quirófano estábamos Joy, su marido, Carlos y yo. Cuando salí pensé: ‘Dí lo mejor de mí, hasta acá llegué. Que sea lo que Dios quiera’. Era la vencida”, recordó.“Me volví a Buenos Aires. Un día sonó el teléfono. Por cábala, atendió Carlos. Me abrazó y se puso a llorar. ¡Joy estaba embarazada!. El embarazo era gemelar y en la octava semana perdió uno”, contó.Así llegó Timoteo, quien se reencontrará con la mujer que lo tuvo durante nueve meses en su panza.

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