martes, 22 de julio de 2014

A pesar de su fortuna, Philip Seymour Hoffman no le dejó ni un peso a su hijos

La última voluntad de Philip Seymour Hoffman fue que sus hijos no crecieran como unos malcriados. Según ha publicado «The New York Post», el oscarizado actor, que murió tras una sobredosis el pasado febrero con 46 años, repetía a sus amigos que no quería dejar su fortuna a sus tres hijos porque no quería «que fueran unos niños mimados».James Cahill, el encargado de velar por los tres hijos del actor –Cooper, Tallulah y Willa–, se ha reunido con el administrador de Seymour Hoffman, David Friedman, para conocer el estado de sus cuentas. «Friedman mantuvo conversaciones con Hoffman el año antes de su muerte sobre lo que quería para sus hijos», aseguró Cahil ante la corte de Manhattan, donde están solucionando el destino de la fortuna del actor.De hecho, Hoffman quería que su patrimonio, estimado en más de 25 millones de euros, quedara en manos de su novia y madre de sus hijos, Mimi O’Donnell.El problema es que como la pareja no contrajo matrimonio antes de la muerte del actor, que O’Donnell herede la fortuna de Hoffman es difícil. «Él simplemente no creía en el matrimonio», han alegado las partes ante la Corte de Manhattan. «Friedman ha visto cómo Hoffman trataba a Mimi como su esposa», explicaron.

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