jueves, 21 de mayo de 2015

La dura infancia de Ali Kemal: "Mi mamá nos vestía con ropa que donaban los vecinos"

Ergün Demir conquistó al público argentino con su personaje de Ali Kemal en Las mil y una noches y a raíz de eso fue elegido por Marcelo Tinelli como la figura internacional del Bailando.En la televisión se mostró simpático, carismático y sensible, pero detrás de eso, también asoma una historia desconocida, de maltratos, ausencias y pobreza.Consultado en la revista Gente sobre este pasado, el actor dijo que su mayor revés fue el maltrato."Siempre fui discriminado. Muchas veces me gritaron: '¡Volvete a tu país!'. En Francia suele pasar. Hay mucha competencia con el inmigrante. Fuimos muy pobres. En casa no teníamos ni calefacción y mamá nos vestía con la ropa que donaban los vecinos. Cada tanto recuerdo esas tardes de verano que pasaba mirando, agarradito a la reja, cómo los demás chicos disfrutaban de la pileta del club del pueblo. Yo pensaba: '¡Eso es la felicidad!'."La felicidad para mí, siempre fue compartir. Si todos aquellos niños hubiesen venido de este lado de la reja para jugar conmigo, yo habría sido feliz. No era la pileta lo que me importaba".Ergün también habló de sus primeros pasos en escena y de un hecho traumático, pero a la vez iluminador que lo hizo encontrar su vocación. A los diez años interpreté a El Principito en el acto de fin de año. La sala estaba llena y cuando terminé vi a toda esa gente ovacionar de pie. Me emocioné hasta que me di cuenta que no era a mí a quien aplaudían sino a sus hijos. Mis padres no estaban allí: ellos siempre andaban de un lado a otro, complicados con el tiempo y las preocupaciones por conseguir un euro. Me puse a llorar pero elegí pensar que ese público también me quería, que había valorado mi esfuerzo. Ese día, con esa sensación del alma, decidí que quería ser actor".Su conflictiva relación con su padre, que quería que él fuera médico, abogado o ingeniero, fue otro de los puntos que lo marcó. "Recién aceptó mi carrera cuando interpreté Hamlet. Aunque con algo de desprecio, se acercó diciéndome 'está bien, hacé lo que quieras'. Y cuando nació Ali Kemal  todo cambió. En el pueblo él se había convertido en "el padre del artista" y sé que se sintió orgulloso. El no supo ser buen padre. Pero yo ya pude perdonarlo".

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