Gracias a las nominaciones de Relatos Salvajes, la palabra de Ricardo Darín
se convirtió en una de las más buscadas. Sin embargo, el actor se excusó de
dialogar con los medios por estar “un poco afónico” y porque debía cuidarse la
voz para poder seguir adelante con las funciones de Escenas de la vida
conyugal.Según pudo averiguar La Nación, el problema en la garganta de Ricardo no tuvo
que ver con los cambios de clima o algo similar, sino con una noche de furia.
¿Qué pasó? Darín alquiló una muy linda casa en Mar del Plata y, al poco tiempo,
descubrió que tenía unos vecinos bastante jóvenes y ruidosos que no lo estaban
dejando dormir.La semana pasada, cansado por no poder descansar, fue a tocar el timbre para
pedir silencio. Al no recibir una respuesta, decidió trepar a la pared y
sorprender a los bulliciosos que veían al mismísimo Ricardo Darín hecho un
demonio y a los gritos subido a la medianera.
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