El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales participa con
enorme dolor de la muerte del director Eliseo Subiela en la madrugada
del domingo 25 de diciembre.Notable director de cine y docente, fue también un activo participante
de DAC ydefensor de los directores como autores audiovisuales.A pedido de la familia, sus restos serán velados durante la mañana del
lunes solo una hora, de 11.30 a 12.30, en el cementerio Jardín de Paz,
(Km. 32.5, acceso a Pilar).Fallecido a los 71 años Subiela dejó una mirada personal sobre el arte cinematográfico que explotó en 1986 con el estreno de “Hombre mirando al sudeste”, con el recordado Hugo Soto y Lorenzo Quinteros.Esta es la excelente semblanza de Subiela que hace “La cosa cine” y que reproducimos:“Docente, guionista y director,Eliseo Subielafalleció
en san Isidro, Buenos Aires. Subiela es uno de los pocos realizadores
argentinos que introdujo en sus películas la fantasía y la ciencia
ficción como elementos. La muerte personificada, un robot con el alama
de Gardel y un alienígena internado en un psiquiátricos son solo algunos
ejemplos.Comenzó su carrera como cortometrajista en los años 60´ con Un largo
silencio (1963) y Sobre todas estas estrellas (1965), a los que siguió
el documental Argentina, mayo de 1969: los caminos de la liberación
(1969). En ese momento fue asistente de dirección deArmando Bo en La mujer del zapatero (1968) y del director que más lo influyó, Leonardo Favio, en Crónica de un niño solo (1965).Su primer film de ficción – La conquista del paraíso (1980) – fue un
fracaso en la taquilla pero su segundo, Hombre Mirando al Sudeste (1986)
un suceso internacional. La historia de un interno del borda, Rantes
(Hugo Soto), que dice ser extraterrestre frente a un incrédulo
psiquiatra (Lorenzo Quinteros) marcó una diferencia temática en el cine
local de esa era. Incluso se sospecha que varias películas de Hollywood
tomaron prestado el argumento y secuencias enteras del film. Le
siguieron Últimas imágenes del naufragio(1989) y el mega éxito El lado
oscuro del corazón (1992) que tuvo una secuela en 2001. Otros films de
ese periodo incluyen Pequeños milagros (1997), Despabílate amor (1996) y
No te mueras sin decirme adónde vas (1995). Afianzado en la docencia,
Subiela intentó realizar películas con formas alternativas de producción
y financiación, muchas veces rodadas en digital o video como Las
aventuras de Dios (2000). En la misma línea estuvieron Paisajes
devorados (2012), Rehén de ilusiones (2009), No mires para abajo (2008),
El resultado del amor(2007) y Lifting de corazón (2005). Con el paso
del tiempo su estilo fue perdiendo el apoyo de los críticos y la
televisión fue un refugio ocasional con series de TV para Canal a y
telefilms como Qué risa la muerte (2002), El destino de Angélica (2002),
Relaciones carnales (2002) y Angel (2002).Finalmente Subiela supo ser, en un periodo marcado por el realismo, un realizador que buscó otros caminos”.
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