Tito, el ex custodio de Fort, estaría medio arrepentido de haberse hecho el loco con el millonario porque siente que, más allá del momento de gloria televisiva por el que atraviesa, en dos semanas nadie se acordará de él. “Yo sólo quería hacer presentaciones”, dijo con tibia voz el corpulento, a un grupo reducido de personas que ya lo mandaron en naca con pitos y cadenas
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