lunes, 2 de mayo de 2011

Y ahora qué hacemos?

Fue programado como un abono para pasar un buen verano y su validez se extendió un par de meses más. Tematizó la tele y la calle, y le permitió a Telefe ganar cómodo los primeros 4 meses del año. Pero terminó ¿y ahora qué?, es la pregunta que hoy el canal tiene que responder. Si hay algo que no se podrá decir jamás de GH2011 es que no funcionó, y no sólo por los niveles de audiencia alcanzados, sino también por el ruido que generó en todos los ámbitos, y porque se convirtió en un campeón mediático. Criticado y venerado en porciones iguales, la casa fue blanco de todas las miradas y la fábrica en la que se produjo una gran cuota de material que llenó horas y horas de televisión. Cristian U. fue el nombre más mencionado durante todo este tiempo (un diario nuevo lo usó como campaña publicitaria), el término "juego" adquirió una dimensión impensada, "fulminante" dejó de ser sinónimo de "drástico" para convertirse en un componente fundamental del reality y la "autonominación" dejó de ser un riesgo para convertirse en una costumbre. Los "hermanitos" expulsados formaron parte del elenco estable de todos los programas del canal, y el "Yo no sé mañana" dejó de ser un tema de moda para convertirse en "el tema" de GH2011. "Gritos de afuera" se transformó en una composición gramatical íntimamente relacionada con la estructura de juego de Gran Hermano, al igual que el "participante 19" y "la colonia de vacaciones". Hubo 131 días de gloria para Telefe, de usufructo para el resto de las señales y de "aguantar lo mejor posible" en el caso de El Trece. GH2011 fue la vedette, la frutilla del postre, la gloria para muchos y la corroboración para unos cuantos que creyeron en el formato para diseñar un verano fuerte y lograron más. El tiempo de estadía se extendió porque lo pidió la tele, y también la calle. La casa nunca durmió porque los participantes tampoco, y se premió el juego porque fue lo que se hizo todo el tiempo. Telefe deberá ahora enfrentar una nueva etapa- seguramente menos efusiva y de perfil más bajo- y perder el miedo a los fantasmas post Gran Hermano. La misión está cumplida. La edición 2011 reinó durante esta primera etapa del año, y no hubo con que darle. Ahora, a repartir y dar denuevo.

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