Cuenta la leyenda que a mediados de 2005, cuando el minuto a minuto se instalaba en todos los controles de los canales abiertos, Pepito Cibrián fue la primera víctima de este oscuro miembro de la familia televisiva. Invitado al programa Grandiosas (Canal 13), tuvo que esperar durante 45 minutos a que una médica dietóloga terminara su exposición ante las cámaras, sobre comer sin culpas y no morir en el intento.A medida que el minuto a minuto subía, Pepito engranaba y la médica continuaba con más ideas prácticas para ser flacas. En un momento, el director no pudo más, estalló en cólera y se fue del estudio de la calle Cochabamba a los gritos.Esto que parece una anécdota divertida de pasillo, volvió a suceder la semana pasada en el Diario de Mariana: invitada una médica muy prestigiosa para hablar de la píldora del día después, se fue a la casa sin decir una sola palabra porque todo el programa estuvo dedicado a la esposa del portero de la calle Ravignani que lloraba sin parar y, a medida que sus lágrimas caían, el minuto a minuto subía y subía, dándole a El Trece dos dígitos y el liderazgo absoluto de la tarde.La televisión deprimida de este tiempo, de bajos presupuestos y pocas buenas ideas, se maneja con la inmediatez del aparatito que dice para dónde ir, decide quién se queda y quién se va y refleja, supuestamente, las elecciones de la audiencia.Sin lugar a dudas, el gran ausente de este 2013, Marcelo Tinelli, es uno de los que mejor sabe manejarlo. Lo vimos en la maratón con tacos, vestido de bailarín clásico, con una disco gay, con fútbol playa y pasar horas hablando con un desconocido al aire, sólo porque “rendía” numéricamente. En el último programa del año pasado, ShowMatch se extendió hasta la 1:03 en la búsqueda de superar el pico del año de Graduados y lo lograron: en un largo discurso de despedida Tinelli tocó los 35 puntos de rating.La relación del minuto a minuto y los conductores es variada: Susana prefiere ni saber, Rial ha marcado picos de 14 puntos con Fariña y el caso Lázaro Báez y Tinelli hizo crecer a una ignota Charlotte Caniggia dejando en el banco nada más y nada menos que a Antonio Gasalla.Y ahora la polémica con el caso Ángeles Rawson pone
en el centro del debate a las noticias y la especulación de los números.
Un dato de la realidad de los últimos días indica que C5N, que es el canal de cable que más tiempo le ha dedicado al caso, consiguió el martes y jueves de la semana pasada ganarle por más de medio punto a quien lidera generalmente y con comodidad el rubro en el cable: TN. El tándem Doman, Chiche y Laje llegó a tener promedios de más de 4 puntos. Mauro Viale arrastrando literalmente un container dentro de los estudios de A24 logró picos de 4.1 y en su edición de Mauro 360 del domingo a la tarde, inspeccionado en vivo el sótano del edificio, tuvo picos de casi 7 puntos.La industria de la televisión vive de los ingresos de la publicidad que es pautada según la repercusión de cada programa y el rating es la herramienta que hoy existe para determinar el rendimiento de cada ciclo.La obsesión por la medición en tiempo real ya se cargó a varios programas, conductores, segmentos e incluso provocó modificaciones de horarios, cambios de rumbos en las ficciones y debates larguísimos sobre los temas menos pensados. Es lo que hay.La edición especial del domingo de A todo o Nada tocó un pico de 22.2; Vecinos en guerra cambia su trama y suben sus números y ni los dos millones tentadores de Susana lograron ponerle freno al aparatito: si sucede conviene, y si no cambio de horario o pasa a mejor vida.Es la tele que supimos conseguir, una tele en carne viva que late al ritmo del maldito minuto a minuto de manera intensa, sin red, y con la secreta esperanza de dar el próximo batacazo que permita ganar el día, el mes, y el año.
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