jueves, 25 de julio de 2013

Un amor a escondidas

La vedette llegó a un alejado pueblo del interior, tratando de pasar lo más desapercibida posible. Se registró en un hotel, y esperó en su habitación.Él, un importante empresario de la zona, llegó algunas horas más tarde, como para despistar. Se pidió una habitación, y una vez que dejó su equipaje, se “coló” en la habitación de ella, donde durante unas cuantas horas dieron rienda suelta a la pasión más desenfrenada.Los pocos huéspedes del hotel fueron testigos de los gritos, jadeos y ruidos que hubo en el lugar, poco acostumbrado a tales espectáculos.Al parecer, las horas de diversión, además del placer, le dejaron a la rubia, que dice estar muy feliz con su novio, unos cuantos billetes de los verdes.Esperemos que no salgan a la luz los nombres, porque el escándalo es mayúsculo

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