Si bien la apuesta fue la más arriesgada del canal y respondió a lo
esperado en 2015, las expectativas de duplicar el resultado aún, con ya
varios participantes fuera de juego, no logra despertar el fanatismo que
consiguió la casa anterior.Las galas cuentan con los dos momentos más esperados para los
televidentes, eliminación y nominación, distinto al año anterior dónde
había que esperar el turno de la placa y una semana después el
expulsado. Los números, se alejan cada vez más de las dos cifras.Sin embargo, sus programas satélites, El debate y la inclusión de El debate bonus track, así como La casa en vivo de
los fines de semana, parecen haber encontrado el rumbo generando el
interés, por los jóvenes que permanecen aislados, junto a los “ex
hermanitos”, a tal punto que tras el abandono de una participante se
decidió que ingresara una de las mujeres que habitó la casa un año
atrás.El juego está en marcha, las reglas y estrategias son de público
conocimiento, pero de las puertas para afuera todo puede cambiar.Mientras tanto, Gran hermano agotará todos los recursos necesarios desde afuera para despertar a los “jugadores”.
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