Supo ser uno de los actores más jóvenes de la televisión, a los12
años ganó un Martín Fierro a Mejor actuación infantil 1999 por su papel
en Chiquititas, triunfó en el teatro con El Principito y en el cine junto a Guillermo Francella en Papá es un ídolo. En De 1 a 0 por C5N, Sebastián Francini hizo un repaso por su historia y contó cómo siguió su vida fuera de la televisión tras la vorágine de la fama. Hoy tiene 26 años y trabajó desde los 4: "Empecé haciendo una publicidad institucional para el Día de la Madre en El Trece. Yo no pedí estar en la televisión, me llevaron, era el estereotipo de pibe que labura en la tele". "Habiendo
arrancado de tan chico, es un poco precoz. Ahora, siendo una 'víctima'
de eso no sé si a mis hijos los haría trabajar desde tan temprano.
Está buenísimo, pero es laburo", aseguró sobre la fama."Sos
chico y tenés una vida de grande y asumís responsabilidades de grande.
Me levantaba a las 7 de la mañana, salía a las 12 y me iba desde Villa
Celina hasta Martínez porque a las 2 entraba a grabar, volvía a las 12
de la noche", agregó.
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