lunes, 17 de octubre de 2016

Marta Sánchez se desnudó para una revista

Marta Sánchez se desnudó para “Yo Dona”, suplemento que se entrega junto con la edición papel del diario El Mundo. Allí, la española le puso al cuerpo a una buena causa: la lucha contra el cáncer de mama.Habiendo cumplido 50 años y pasado 25 de su último desnudo en la icónica revista Interviú, la cantante posó para Yo Dona para concientizar a las mujeres sobre el cáncer de mama.Como persona, a mí este desnudo no me aporta nada, te lo digo sinceramente”, dijo, y agregó:  “Pero cuando me dijisteis que era para poner el foco en la lucha contra el cáncer de mama, y que formaba parte de una iniciativa cuyo fin es entregar un cheque a la Fundación Fero, del doctor Baselga, posiblemente uno de los oncólogos cuya investigación contra esta enfermedad más respeto y sigo, pues bueno… Es un desnudo casi simbólico, más inocente del que hubiera hecho nunca… Y aquí estoy”.La ex participante de Bailando por un Sueño perdió a su hermana melliza Paz y a su mejor amiga. “A ella le gustaría, allá donde esté, que nunca hubiera un no por mi parte en todo lo que pueda colaborar, aunque sea algo tan difícil para mí como estas fotos”, asegura.“A mis 50 le he echado valor, pero no más del que tiene la gente que lucha contra la enfermedad o quienes intentan encontrarle remedio. Eso sí que tiene un precio incalculable”, sostuvo.“También pensé que si posar así y hablar de este tema puede hacer ver a una sola mujer, una, que las revisiones anuales son obligatorias, me siento más que pagada. Y sobre todo, no quiero morirme sin escuchar en un telediario que el antídoto del cáncer ha sido encontrado”.Hace tres años, cuenta la publicación, le detectaron un tumor en el aparato digestivo que actualmente tiene controlado. “Tuve cuatro consultas, dos terroríficas que pronosticaban que terminaría en silla de ruedas y otras dos donde me aseguraban que era benigno, como resultó ser. Así que ando más relajada, porque soy bastante aprensiva. Pero he aprendido a vivir con él. Un amigo osteópata me dijo que debía vivir dándole la importancia justa. El tumor se llama amartoma, y al final me reí pensando que casi llevaba mi nombre…”, concluyó.

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