El reality de eltrece aguanta y persigue sus claras
intenciones. Mantenerse en las tardes del canal sin alterar la fórmula,
pero adicionando algunos ingredientes con el fin de permanecer como “un
show… saludable”.La válida excusa de la dieta le permite probar con estrategias claras
y coherentes para la tv, siempre y cuando su traducción se lea en
números de rating.A la tira inicial de participantes, desconocidos pero con la ilusión
de enfrentar su enfermedad en cámara, pronto agregaron lugares para
nuevas incorporaciones, con el fin de darle más calor a la tarde.Allí se presentó dispuesta Lorna, ‘la fan’ de Susana Giménez, que
hasta hace pocas semanas permanecía cerca de los médicos pero fuera de
competencia. También Luisisto, uno de los más polémicos de ediciones
anteriores. No descuidan la recuperación televisada de Maxi, el campeón
que llegó a 400 kg. Pero era tiempo de hacer más ruido y para eso
llegaron caras más reconocidas y polémicas.La última incorporación femenina fue Silvia Süller, y no conformes
con la buena repercusión, ahora sumaron a la competencia ‘La Tota
Santillán’. Pero nada está dicho, ya que, mientras tanto reabren la
convocatoria para habilitar algún participante más.El precio a cada programa lo pone el público y Cuestión de peso
está dispuesto a pagar lo que sea con el fin de permanecer con vida. El
ciclo entendió a la perfección cómo mezclar el show con la salud, el
escándalo con el sufrimiento y hasta la emoción con el ridículo.
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