Despedida de solteros, en su recta final, y Cuestión de peso,
en la mitad de su camino, son las dos competencias entre participantes
que conviven en pantalla con el mismo género pero distinto objetivo.El primero le propuso a las parejas convivir entre otras dentro
de espacios diferentes con el fin de ganar la fiesta de casamiento y su
primera casa. El segundo, circula entre la salud y el show premiando a
quién pueda bajar de peso por su salud y por el juego. Ambos, sostienen
el género al aire con cuestionamientos típicos y necesarios, tales como
la veracidad de los casos o el exceso de show, que provoca la realidad
televisada.Más allá de los resultados, por los que ambos dan batalla en sus
respectivos horarios, con claras intenciones de ser positivos para cada
una de las franjas a las que pertenecen, está claro que mantener vivo el
género apunta las buenas intenciones de la tv.En un año donde priman las historias y el entretenimiento, Despedida de solteros diario y La gala, junto a Cuestión de peso,
dan muestra de sus ansias por el éxito. El espectador, aparentemente,
pretende un poco más de fuerzas y alguna sorpresa que le permita dar el
sí definitivo en cada caso, como muestra de que el género sigue vivo,
latente y en plena reconstrucción.
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