jueves, 10 de junio de 2010

Enigmático

Es hoy un martirio para muchas de las chicas que se presentan ante este deleznable productor televisivo que intenta seducir a todas las chicas que le piden trabajo. Su práctica que data de años se ha ido acentuando con el devenir de los años, al ritmo de su envejecimiento. Ya no es el galán que supo ser y su hijo le roba el puesto a la hora de quedarse con las mejores mujeres. Sin embargo, no pierde las mañas de viejo zorro y va detrás de todas las jóvenes que buscan un lugar en el medio. Pero su accionar no es directo, tiene años en esto y no quiere quedar pegado. Primero las recibe en su oficina, les hace el cuento del tío, le promete el oro y el moro, las lleva, incluso, a ver los estudios donde se graban sus culebrones, y una vez que las chicas están obnubiladas, encarna y tira la caña. En la siguiente reunión les habla de papeles en tevé y de posibilidad de laburo, inminente. El abuso de poder llega cuando les propone: “Bueno, nos juntamos esta noche en un restaurante de Las Cañitas y te cuento bien de qué se trata”. Están las que lo detectan al primer vuelo y las por supuesto acceden a la cena. En la soledad de la noche aplica su último juego que viene hacer como una herencia de amor, legado que seguramente recibió de algún antepasado. Es así cuando la cena deriva en cuestiones privadas. Ahora entendemos por qué siempre se rodea de jóvenes novias.

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