Las primeras ficciones ganadoras de los concursos del INCAA para el prime time, comenzaron a desembarcar en la pantalla chica. Las que llegaron: 23 pares, Amores de historia y Babylon, no sólo abrieron el juego, también dejaron en evidencia que la tele no estaba tan lista para recibirlas. Cuando a principios de octubre comenzaron a aparecer los primeros unitarios, llamó la atención que luego de 9 meses sin novedades, en el último trimestre del año la pantalla fuera a verse invadida por 12 nuevas producciones, 12 nuevas historias ganadoras de los concursos realizados durante 2011, que indefectiblemente cambiarían el código genético de la tele. Ya en ese momento esta llegada masiva, por lo menos al primer golpe de vista, parecía responder más a una obligación por parte de los canales de cumplir con la regla, que a una verdadera estrategia de programación y/o de apuesta a las nuevas producciones. Fue así que las ficciones que protagonizaron la primera avanzada, no tuvieron la mejor de las bienvenidas. Ubicadas en horarios marginales en torno al fin de semana y con escasa promoción, hoy sufren las consecuencias de haber salido a pelear prematuramente. Las condiciones para su llegada no estaban dadas y eso quedó en evidencia. Todavía algunos unitarios llegan tímidamente a las grillas, mientras otros se mantienen a la expectativa. Las productoras se debaten entre las ganas de salir a dar batalla y la necesidad de cuidar a sus productos, en un campo que parece minado.
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