Humberto Tortonese no pasó por buenas épocas, aunque ahora dice sentirse
completamente renovado. En diálogo con el diario Clarín se animó a contar
cómo fueron esas dramáticas semanas, de su presente profesional y emocional y la
crisis que lo trajo hasta aquí.Lo primero a lo que decide refereirse Tortonese es a su relación con su
trabajo. Relata que en un principio no tenía demasiado interés en participar
en radio, que se sentía muy afín al teatro y, un poco por casualidad, con la
televisión, pero que la radio nunca estuvo en sus planes, en referencia al
programa que comparte con "La Negra" Vernaci. A tal punto que se anima a
asegurar que su desembarco en la radio estuvo "100 por ciento" signado por la
suerte y el destino.Fiel a su estilo profesional, lleno de humor, carisma y diversión, cuenta que
desde chico volaba con la imaginación, que siempre estuvo convencido de que la
vida es exclusivamente divertirse y que la libertad es un estado mental, con el
que "vino de fábrica".Entre otros temas, fue consultado por el cambio rotundo que implicó la muerte
temprana de su mamá y dice no haber entendido mucho en su momento. Tortonese,
con toda su amplitud, se ríe de sí mismo: "Los problemitas los tenés de
grande".Ya entrado en temas más sensibles, el humorista se anima a abordar la fuerte
crisis por la que pasó el año pasado. Cuando la periodista le consulta sobre los
motivos que lo llevaron a dejar El diario de Mariana, Tortonese explica:
"La muerte de Urdapilleta me hizo ver cosas anteriores de la vida que tuve". "Su
muerte me hizo pensar ¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy sentado en el lugar en el
que tengo que estar? Es uno el que tiene que ubicarse. Tuve una vida
bastante alegre, para afuera, de divertirme y ahí empecé a pasarla mal, a tener
lo que no sabía que eran ataques de pánico".Sin embargo, ya más firme, se anima a contar que pudo recuperarse del
tambaleo del año pasado, y que mucho fue gracias a haberse enamorado nuevamente.
"Fue como cuando se funde el motor. Fundí motor y estoy como nuevo".
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