Por el séquito que lleva al programa, con mezcla de pan y circo, por su madre
incorporada que busca más fama que el hijo y por la performance de “El fantasma
de la Opera” que ya se había hecho varias temporadas antes, Fernando
Burlando se parece cada vez más a Ricardo Fort en su
paso por “Showmath”.Algo parecido sucede con Alberto Samid,
cercano al rol que cumplía en el “Bailando”, la Mole Moli . Uno
como el otro no bailan, pero hacen entretener a la gente y le ponen el toque
popular al programa.En el esquema del reality los
casilleros se tienen que llenar cada año con diversas figuras jugando sus roles:
el talentoso, el divertido, el insólito, el que entretiene desde lo ridículo. Y
la fórmula siempre funciona. La producción es todo.(laubfal)
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