Nada mejor que en casa y con amigos. Esa pareció ser la premisa que Susana Giménez eligió para festejar sus 68 años. Ayer brindó una fiesta íntima en La Mary, su casa de Punta del Este. Así como el año pasado había elegido un restó de la costa esteña, esta vez fue su casa el escenario, rodeada de afectos. Fueron 28 los invitados que la diva convocó a las 22. Entre ellos se hicieron presentes Marley, Mirtha Legrand, Teté Coustarot, Nacho Viale, Humberto Tortonese, Patricio Giménez, Carlos Di Doménico, Julio Bocca, Sofía Neimann y Cacho Castaña, quien se instaló en La Mary desde el viernes. Las que también estuvieron presentes fueron su hija, Mercedes Sarrabayrouse, y su nieta, Lucía Celasco, gran protagonista de este verano. Cacho Castaña fue el primer invitado en llegar a La Mary. De muy buen humor y con una vitalidad asombrosa luego de las recientes internaciones que sufrió, el cantante se instaló el viernes en la mansión de Susana. Allí disfrutó de las instalaciones de la casa de Su, entre ellas, la pileta, donde pasó varias horas charlando con su amiga y saboreando distintos tragos espirituosos, a pesar de que por consejo médico no debería consumir alcohol. El cumpleaños arrancó el vienes por la noche en el Hotel Conrad. Susana cenó allí junto a su hija, Marley y Cacho Castaña, en el bufé del Club Fortuna, la sala vip de slots del casino. “¡Es fanática del tragamonedas! Se quedó jugando hasta las dos de la mañana”, contaron desde el hotel. “Casino, black jack, Susana ganando, yo perdiendo mal… ¿Llegará la fortuna en el amor?”, tuitteó Marley el viernes por la noche. “Después de mi fracaso en las apuestas, me acuesto a dormir”, agregó el conductor más tarde. El sábado, a las 15, ya comenzó a verse movimiento en La Mary. Un grupo de técnicos ingresó equipos de sonido. Una hora más tarde entró una camioneta de la florería Casa Castilla, con una entrega de unas orquídeas blancas. Mirtha Legrand llegó a La Mary unas horas más tarde, con la idea de quedarse hasta la noche. Pegado a Mirtha, llegó Marley con un look opuesto al de la señora: ojotas, traje de baño, remera ¡y toalla en mano! El conductor se refrescó en la pileta y luego volvió al hotel, donde se puso un atuendo adecuado para volver a la fiesta.
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