A pesar de que Camilo Sesto le ofreció hace unos días 50.000 euros al productor argentino Freddy Funes para no ir a juicio, éste rechazó finalmente la oferta del cantante y ambos se vieron las caras en los juzgados este jueves. 373.000 euros son los que le solicita Funes al artistao por no actuar en dos conciertos que tenían firmados en Panamá y El Salvador en el año 2009. Después de mucho tiempo, ambos se enfrentaron a las a puerta cerrada por petición de Camilo, en el Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Madrid.El cantante había llegado al juzgado con rostro serio y con un traje azul oscuro cruzado, que ha utilizado en sus últimas apariciones públicas. Para evitar a los periodistas, no entró por la puerta principal y ya en el interior del juzgado, el artista se refugió en una oficina para no ser visto y no la abandonó hasta minutos antes del comienzo del juicio. Varias funcionarias lo esperaron fuera para pedirle una fotografía, pero él las rechazó.Hasta ahí, todo más o menos normal.Hasta que el artista comenzó a sentirse indispuesto. Rubén Montoya, abogado de la parte demandante, le avisó a la jueza de que Camilo Sesto estaba dormido en la sala y que podía caerse de la silla y lesionarse. Debido a eso, la jueza expulsó al cantante de la sala y le dijo que esperara afuera mientras declaraban el resto de los testigos. Según los allí presentes, el momento más dantesco fue cuando la abogada de Camilo dijo que su cliente se encontraba en ese estado debido a los medicamentos que tomaba por la operación del tobillo a la que se sometió hace algún tiempo. Fue entonces cuando el artista se quitó las medias para mostrar el pie que le habían operado. Nadie entendía nada. El cantante permaneció fuera de la sala hasta las 16:15, cuando finalizó la primera parte del juicio. Camilo y sus acompañantes no salieron por la puerta principal para evitar tener que dar explicaciones a la prensa.
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