Ajeno a las críticas que ha recibido después de protagonizar escenas tan polémicas como acudir a un prostíbulo u organizar fiestas en su lujosa mansión de Calabasas en Los Ángeles, el cantante Justin Bieber no se plantea cambiar su controvertida actitud.“Me importa una mierda ser un descuidado y que me critiquen por hacer
lo que yo quiera. No me importa lo que la gente piense o diga sobre mí.
Yo sé la persona que soy y lo que estoy haciendo con mi vida. Soy
consciente de todo lo que he conseguido como artista, como escritor y
como persona. Estoy feliz con el hombre en el que me estoy
convirtiendo”, admitió Justin de forma tajante a la revista The
Hollywood Reporter.El gran éxito cosechado por el joven intérprete desde que iniciara su
carrera como artista ha hecho que tan solo haya compartido sus
inquietudes con sus padres y con su manager Scooter Braun debido al
miedo que le provoca ser traicionado por aquellos en los que deposita su
confianza.“He aprendido a que no puedes fiarte de nadie. De hecho, durante mi
carrera solo he llegado a confiar en Scooter [Braun] porque siempre está
pendiente de que yo esté bien”, comentó el cantante.La estrella del pop también quiso salir al paso de los comentarios que
comparan su estilo callejero como una mera técnica para ganar adeptos en
la industria musical.: ”No todo es blanco o negro, no es que yo actúe
de una forma o de otra para aparentar algo que no soy. Simplemente es un
estilo de vida y a veces utilizo la jerga de la calle para acortar
palabras”,
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