“No existen palabras para describir la enorme tristeza que siento
hoy. Como le explico al corazón que ya no estas. Será muy difícil vivir
sin vos y tu extraña forma de amar.A veces la muerte llega sin avisar tomándonos por sorpresa,
dejándonos sin aliento, con un profundo dolor y unas ganas enormes de
decir adiós. Me hubiera gustado mucho poder despedirme y estar a tu
lado. Pero hoy me encuentro en donde vos querías: intentando cumplir un
sueño, reprimiendo mis ganas de volar a darte un ultimo beso, pero mi
presencia junto a tu cuerpo no te traerá de vuelta, por eso decidí
quedarme y terminar lo que empece.Descubriste en mi lo que nadie había visto antes, me diste las alas
para que pueda volar solo, creíste en mi, me alentaste y me apoyaste
como lo hubiera hecho un padre. Solo espero no defraudarte. Fueron casi
dos años el tiempo que compartimos, pero tan intenso y alocado que
pareció una vida entera.Fue corto tu paso por esta vida, pero creo que todos aprendimos algo
de vos: que todo imperio puede ser derrotado por mas rico y fuerte que
sea, que el dinero no sirve de nada cuando hasta tu propio cuerpo te
traiciona y que la vida es demasiado corta como para preocuparse por el
que dirán.Realmente viviste a tu manera y a veces fue difícil entenderte, pero Dios sabe cuanto te ame.Nadie pudo comprender, ni imaginar el inmenso dolor que había en tu
interior. Hubiera sido mas fácil entender tus caprichos y locuras si
todos hubiéramos sentido un poquito de tu pesar.Solo espero haberte amado lo suficiente y haberte hecho feliz al menos una cuarta parte de lo feliz que me hiciste vos.Será muy difícil vivir sin tu presencia, podrán amarte u odiarte pero
para nadie resultaste indiferente, solo espero que te recuerden como la
gran persona que fuiste, el verdadero Ricardo Fort, el que ayudaba, el
que soñaba, el que intentaba ser feliz. Ojalá el mundo entero descubra
que tu verdadera fortuna fue tu corazón”.
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