miércoles, 23 de abril de 2014

"TUVE QUE USAR LA IMAGINACION"

La vida de Casandra Crash cambió rotundamente en tan sólo un año. La ex asistente de Santiago Bal conoció el amor gracias a Marcelo Toirier, con quien se casó. “La verdad es que hace un año no imaginaba esta situación, tampoco que iba a conocer a un hombre maravilloso que me hizo bajar 5000 cambios”, señala sobre su esposo. Y ahora, acaba de dar un gran paso ya que en breve se convertirá en madre con la ayuda de una amiga que le “prestó” el vientre para cumplir el sueño de ser mamá.Conmovida por su propia historia, Casandra, dialogó con “Crónica” y contó detalles de su presente. “Marcelo fue el que me propuso ser madre y, la verdad, me encantó la idea. Había dos formas de hacerlo: podían sacarme el semen para introducirlo en el óvulo de la mujer, o tenía que hacerlo por las vías naturales. La primera opción era muy cara y no estaba en condiciones de hacerlo. Entonces hablé con una amiga que me prestó el vientre, tuvimos relaciones y quedó embarazada”, contó a este matutino. Sin embargo, la situación no fue nada fácil para la rubia, ya que obviamente le gustan los hombres. “Tuve que recurrir a la imaginación y pensar en mi pareja. Inclusive le pedí a Marcelo que estuviera en el lugar, no en la habitación. Encima no fue una sola noche, sino varias”, afirmó.Sobre la mujer que llevará a su hijo en el vientre poco se sabe, y por ahora, prefieren preservarla. “Es una amiga a la que conozco desde hace muchos años pero no quiere salir en ningún lado. El día que tenga la criatura me la da en adopción, y como estoy casada, automáticamente paso a ser la madre, y Marcelo el padre. Todavía no tenemos padrino ni madrina, lo único que sabemos es que si tenemos una nena se llamará Guada. El nombre lo eligió Guillermo Miguel, el dueño de “El Corralón”.Seguramente, con el correr de los meses el tema generará críticas y aceptaciones. En relación al asunto, Casandra está firme en su decisión. “Siempre hice las cosas que me gustaron a sin pensar en el qué dirán” finalizó.

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