martes, 26 de enero de 2016

El detonante inicial

La aparición de figuras de renombre con el propósito de que funcionen como disparadores de una trama ficcional, es un denominador común que se ha repetido en las novelas argentinas desde hace tiempo. Alfredo Alcón, Lalo Mir y actualmente Norma Aleandro forman parte de una fórmula que comprobó ser efectiva.Los primeros episodios de una ficción suelen ser los que funcionan como ‘anzuelo’ para atraer al televidente, y demostrado está que ninguna tira escatima en recursos para demostrar grandeza durante las primeras entregas. Si de puntapiés iniciales se trata, Herederos de una venganza, Viudas e hijos del rock & roll y Los ricos no piden permiso, mostraron que la participación especial de una personalidad de renombre es una técnica acertada que posteriormente podrá dar sus frutos durante el desarrollo de la ficción.El Gran Mestre en Herederos, pasando por el mítico Roby Bettini en Viudas, hasta llegar a la excéntrica Angélica de Los ricos no piden permiso, todos han dejado una marca indeleble en la historia de cada tira en particular. Su muerte o alejamiento funciona como detonante para el que se desencadenen las líneas narrativas, y también deja disponible la utilización de los conocidos y clásicos flashbacks, en donde estos personajes podrán develar secretos o abrir nuevos interrogantes.El destino de una logia milenaria, el futuro de una radio o la aparición de un testamento desconocido. Hechos que marcan a fuego el primer –o los primeros- capítulos de un producto, y que necesitan de dichas primeras figuras para que permanezcan en el recuerdo.

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