Sandra se animó y la subió a su facebook. Quiso que todos supieran que “estamos todos bien en casa. Acá el teléfono estaba como loco y no lo antendíamos. Ahora ya pasó un poco la fiebre...”.Algunos familiares, como Carol Rey, la hermana de Sonsoles, les recriminó: "En la próxima me avisan. Falto yo en la foto". A otra de las amigas de Sandra, Grace Tertzakian, le impactó la imagen: "Qué bien se los ve a todos!!! ¡Qué felicidad que todo haya pasado y estén bien!".Estas frases son una síntesis de lo que les pasó a Sandra y Sonsoles. Una dio vida, donó su riñón a Sonsoles. La otra recibió el órgano. Y vive. Fueron operadas el lunes 13 de agosto en el hospital Alemán. El jueves 16, Sandra fue dada de alta. El lunes 20, Sonsoles.Como ella le dijo a Crónica: "Gracias a mi madrina estoy viva" . Atrás quedaron los días difíciles en la posada Alma do Mar en Praia Do Rosa, Brasil, cuando después de comer sushi empezó a fallarle el rinón. Se sintió mal varios días. Cuando ya no podía ni levantar a su hijo León, se decidió. Viajó a Buenos Aires. En una clínica de Olivos le dijeron: “Trasplante sí o sí”. Después de los estudios y análisis, la aparición mágica de Sandra como donante solucionó gran parte de problema. El trasplante de Sonsoles conmovió al país y, se acrecentó la conciencia de la importancia de donar órganos.Sonsoles fue muy clara en su diálogo con Crónica: “Sé que esto ayuda a que la gente done, que se anime, que se puede”. Sandra, fue aún más categórica: “Cuando me muera, voy a donar todos mis órganos”. En esta historia de amor, solidaridad y mucha templanza, cada una a su manera honra la vida. Miles, pero miles de personas en el país agradecen el gesto. Mientras, Sonsoles se alista para viajar pronto con su esposo y su hijo a Praia Do Rosa. Ella le había anticipado a Crónica: “Sólo quiero volver a Brasil y jugar con mi hijo”. Quieren volver a caminar, correr, soñar y divertirse como antes. Volver a vivir.
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