Fue una noche "de terror" en un piso de Recoleta. Sucedió anoche en el departamento de la calle Montevideo donde vive el maltrecho Dr. Rubén Mühlberger, el "médico ortomolecular" cuestionado y caído en desgracia luego de cruces mediáticos y mala prensa, divorcio y pérdida de pacientes.Para colmo de males, el edificio entero donde vive el médico pasó las
de Caín ante la llegada de una dotación de bomberos a causa de un
principio de incendio en la casa del exfavorito de Moria Casán, en el cuarto piso.El fuego se produjo a raíz de la caída de unas velas-velones en las caras alfombras de Mühlberger, lo que despertaron el miedo y la abundante cantidad de humo que comenzó a esparcirse por los pisos del condominio.Dicen que no es la primera vez que esto sucede, y se trata de un
nuevo capítulo en la saga del escarnio del médico, quien en tiempo
récord se separó de su pareja y socio, enfrentó y humilló a Marcela Feudale por sus problemas de tiroides, se distanció de Moria y empezó a perder pacientes de su clínica en medio de todo tipo de acusaciones; las peores, de su propia hermana.Lo cierto es que fue una madrugada de conventillo. Cuentan los
testigos que el doctor estaba en bata de seda y se escuchaban los gritos
de "Fuego, fuego". Varias vecinas indignadas salieron al pallier del edificio asustadas pero indignadas a la vez: "Termínela con las velas, basta de prender velas", decían, ante la reiterada actitud del médico de decorar la oscuridad con todo tipo de elementos con fuego.Todo se resolvió con rapidez pero la bronca del vecindario cheto se
parecía más a un conventillo: "Prende velas porque hace brujerías contra
Moria", dijo algún malvado. "Le gusta armonizar su casa con velas, nada más. Lo hace para perfumar", comentaban los más benévolos. "Pero que la termine con las velas, estamos cansados de levantarnos en mitad de la noche con la llegada de los bomberos", comentó una vecina del tercer piso.Todo fue un escándalo. Dicen que Mühlberger gritaba como loco "porque no quería evacuar", y que los bomberos avanzaron con matafuegos para apagar el principio de incendio que amenazaba expandirse sobre la moquete y las cortinas.
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