miércoles, 25 de junio de 2014

Juan Carlos dejó el reinado y ahora le caen los hijos naturales

Un vacío legal que sirve para reclamar la paternidad de un rey. El rey Juan Carlos perdió no sólo el trono sino también su inviolabilidad, hecho que aprovechará Albert Solá Jiménez, el catalán que reclama desde hace años ser hijo ilegítimo del rey, para ampliar su demanda de filiación contra él.El escrito de ampliación, alega que “si precluidos los actos de alegación previstos en la Ley de Enjuciamiento Civil, y antes de comenzar a transcurrir el plazo para dictar sentencia, ocurriese o se conociese algún hecho de relevancia para la decisión del pleito, las partes podrán hacer valer ese hecho”. En este caso, el hecho de relevancia alude a la renuncia al trono y al vacío legal que deja sin resolver la ley orgánica de abdicación aprobada por el Senado.El propio Albert Solá asegura que tiene confianza en que “el pleito acabe bien para todos. No tengo nada en contra del Rey. Sólo digo que el que calla otorga”, mantiene este catalán que lleva años intentando demostrar que Juan Carlos es su padre y que llegó a solicitar que, en el caso de que el monarca fuese inviolable, se exhumase el cadáver de Don Juan, el conde de Barcelona, para que se realizasen pruebas de ADN pertinentes para la demanda.Y ahora, él y su abogado, Francesc Bueno, presentan un escrito de ampliación de una demanda que ya registraron el pasado mes de octubre y que, aunque fue inadmitida a trámite, fue recurrida y se encuentra ahora en la sección 24 de la Audiencia Provincial Civil de Madrid. Allí se deliberará el próximo 9 de septiembre, con la incertidumbre de cómo afectará al caso el aforamiento del Rey, que todavía no ha sido regulado por ley y que podría hacer que el caso acabe en el Tribunal Supremo de España.En 2012 Albert Solá conoció a su hermanastra Ingrid Sartiau, residente en Gante, y que también reclama ser hija ilegítima de Juan Carlos. Unas pruebas de ADN confirmaron al 91% que ambos comparten progenitor. Ingrid sostiene que su madre, Liliane Sartiau, conoció al monarca en 1956, en Francia. La pareja se reencontró en 1966, en una feria en Luxemburgo, y nueve meses más tarde nació ella.

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