Se declaró la "Reina de Mar del Plata" pintada de dorado,
acompañada de algunos asistentes y desde una tarima se tiró al mar
revoleando arena sobre las cámaras de los cronistas que cubrían tan
"colorido" evento. Estrenó una obra en una pequeña sala de la Avda. Luro
y en tiempo récord dice tener 3000 entradas vendidas.La historia no terminó allí. Para festejar este "éxito"
volvió a posar sobre un auto vestida de negro y con un revólver de
juguete, nuevamente "revoleando" torta a quienes la festejaban, que
lamentablemente fue pisoteada en el suelo con el objetable desperdicio
de este alimento.Fenomenológica, carismática y sorpresiva, Xipolitakis apareció el
día del debut con su nuevo "novio", José Ottavis con quien luego cenó en
un conocido restó de la ciudad levantando el perfil del hombre de la
Cámpora e integrante del Poder Legislativo Provincial.Promotora de sus presencias y ausencias, cada paso es pensado
y genera réditos en la vida de la griega más viva del mundo. "Hacer
ruido" parece ser su lema y que la supuesta torpeza que presume sea un
gesto de supuesta "inocencia".Mintió sobre un supuesto acoso de pilotos de Austral que fueron
despedidos de su cargo, filtró un video que armó un debate que restó
intenciones de votos a Mariano Recalde en la pelea por la ciudad (era
Presidente de la Compañia del Estado), eludió a la justicia en un
llamado a declaración tomándose un vuelo a Dubai, dijo haber sido
discriminada de las torres Le Parc Madero con una nota con evidentes
errores de ortografía, dijo haber sido detenida en Miami y
posteriormente se supo que había contratado a un actor para vestirlo de
policía y que la detención nunca existió.¿Qué miramos cuando vemos a Viky como espectadores? ¿El espanto, el
ridículo, la curiosidad o la dinámica del burlesque contracturado? ¿Será
la pose de la falsa ingenuidad tan funcional a los deseos machistas
bien arraigados en nuestra sociedad?
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