Mientras ensayan la controvertida obra de José María Muscari, Tres Mitades, en la que junto a Mario Pasik conformarán un complejo trío sexual y amoroso, mamá e hija revelaron un poco más sobre sí mismas. “Sofía dijo: Sos una mina de trabajo, y más legal que vos no hay nadie en el planeta. No te hace falta ni restó ni agencia de modelos” contó Moria.Su hija amplió: “Verla bien es suficiente para mí. Pero le dije: basta má, no podés estar siempre metida en medio del quilombo”. Casán contó que la joven mamá de Elena “Se enteró de que pasé la noche en la comisaría cuando llegué a Buenos Aires. ¡No puedo creer que hayas estado en la cárcel! me decía, y no parábamos de reírnos”.Claro que no todas son rosas en la familia. “No la soporto” aseguró Sofía. “Cuando está la quiero y cuando no, la odio. Pero me conmueve verla sobre el escenario”. A lo que su madre retrucó: “Yo no tolero su mal humor, ni puedo entender que viva cansada”.Y es que no es una familia “normal”: son mujeres de hábitos… distintos. “Nos hablamos cuatro veces al día y tenemos horarios rarísimos: nos llamamos a las cuatro de la mañana” contó la diva. Su hija, se sabe, es muy ácida a la hora de criticar a su madre: “En el amor a mamá le critico que convierta a su hombre en un ´llevabolso´. No registra la necesidad del otro y eso me choca, porque soy posesiva, obsesiva y celosa”.Y, como si los roles estuvieran invertidos, Moria asegura que “Yo sufrí tanto por celos que creo en la libertad y no en el amor. Esa alianza que vos lucís en tu dedo para mí es la cárcel más chica del mundo”. Y admitió que “Mario Castiglione fue el único hombre rescatable en mi vida. Era un borrachín pero no me usó y me dio lo mejor: mi hija”.
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