Sábado a la noche en Groove, en Palermo. Los jóvenes hacen fila para entrar. El programa es más que atractivo. Está anunciada la presencia de Karina, a las 4 de la mañana, para que ofrezca un show.La mayoría son chicos y chicas que rondan los 20 años, pero también hay treinteañeros y algún que otro cuarentón. A puro baile, esperan la llegada de “La Princesita”, la cantante del momento.Se percibe un clima especial. La novia del Kun Agüero tiene un carisma único. Su llegada se atrasa y recién lo hace a las 4.30. Es sencilla, saluda y agradece. Los celulares a full le sacan fotos al pasar por el VIP, mientras en el escenario los “plomos” terminan con los preparativos. Hay euforia. Sale Karina al escenario y arranca con su repertorio. Llama la atención que la mayoría, por no decir todos, corea sus canciones.La rubia, casi sin pausas, sigue con sus temas. Apenas se detiene para tomar un poco de agua mineral. En el final llega lo mejor: “Con la misma moneda” y “Corazón mentiroso”. La disco entra en éxtasis. “Una más y no jodemos más”, es el grito de la multitud después de 40 minutos intensos. El remate es con “Fuera”, para el deleite de esas fieras que vieron saciados sus deseos de escucharla.Al retirarse frena unos segundos para dialogar con el diario Crónica y ahí confirma su viaje a Manchester para “ir a ver a Sergio”, como ella lo llama al Kun Agüero. Y ayer partió a tierras inglesas.El negocio es redondo gracias a Karina. El gancho es su presencia. Ella embolsó 30.000 pesos. Los organizadores metieron 3.500 personas a un promedio de 70 pesos, más lo que se consume. No hace falta hacer números. Todos conformes.
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