En la noche de este sábado compartimos con el público la última función de Susana Gimenez
de “Piel de Judas”. La diva salió a la una y veinte de la mañana y la
esperaba toda su gente en la calle para una fiesta final con globos
animal print, que hacían juego con sus botinetas, papeles dorados y
fuegos artificiales.
Antes, Susana se despidió emocionada en el escenario junto a su elenco y a su director, Arturo Puig,
quien le acercó un enorme ramo de rosas amarillas y para sorpresa de
todos un señor muy mayor, desde la segunda fila le gritó a la actriz
algo relacionado a su apellido paterno, Aubert, que la hizo prestar atención. Luego se supo que el hombre había sido empleado del tío de Susana y que conocía a sus padres y a ella de niña. Un momento extraño pero feliz y muy gracioso, porque no era familiar directo de Susana y ella lo confundió con un hermano de su abuela. Un blooper.
En el palco, la acompañaron su hija Mecha junto a su yerno, Joe Miranda y su nieto Manuel con su novia. Ahora llegarán a la vida de Susana sus perros, Punta del Este, Miami y viajes de placer. Y el año que viene, la tele.
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