Donde manda capitán, también manda marinero. Bajo esa frase se rige
actualmente la gran cantidad de magazines que pueblan la pantalla. Ya no
es el conductor el único responsable del barco, sino que él y sus
panelistas forman un equipo que conjuntamente lo llevan a destino.Atrás quedaron los tiempos en donde el liderazgo de un programa
pasaba exclusivamente por quien encabezaba el ciclo, y era sólo él quien
actuaba como catalizador de todo lo que ocurría durante el mismo. Esos
tiempos donde era el bastonero que daba la palabra a los columnistas y
definía la orientación del contenido y el ritmo de las intervenciones.
Hoy, los panelistas pasaron al frente, y son los que a menudo aportan
datos que terminan definiendo el rumbo de una emisión.Desde AM (Telefe), pasando por Intrusos (América), Desayuno americano (América), hasta El diario de Mariana
(El Trece), esta tendencia no difiere por franja horaria ni canal. Una
información de último momento que se recibe durante el aire, o un dato
hasta entonces desconocido, funciona como el disparador inicial que
provoca el cambio de mando entre panelista y conductor. Ya sea Marina
Calabró en Intrusos, Pía Shaw en AM, Adrián Pallares en Desayuno americano, o Ángel de Brito en El diario de Mariana,
todos hacen que, durante ese período de tiempo en el que se da la
noticia en cuestión, el rol del conductor quede relegado. Así, el que
presenta la información pasa a ser el centro de atención, más allá de la
función que cumpla durante el transcurso del programa.La línea parece hacerse cada vez más difusa. Cada vez más, los
panelistas se adueñan del timón para incluir sus aportes, convirtiéndose
en un pilar fundamental de los ciclos que integran. El conductor, cede
el -hasta hoy- exclusivo comando.
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