El productor pasó sus primeras vacaciones de
soltero en la costa uruguaya con un gran dolor de cabeza, puesto que
protagonizó un bochornoso encuentro con los dueños de un local en el que
le fiaron y al que él no pagó.Adrián Suar se instaló en diciembre en Punta del Este. Después de que su hija, Margarita, se fuera de vacaciones con Griselda Siciliani,
él se la llevó a las costas de Uruguay para pasar año nuevo y los
primeros días de enero allí. Dedicado full time a su hija, delegó en sus
empleadas las tareas de la cocina y las compras para poder estar todo
el tiempo con la pequeña pero, al final, eso le generó un gran dolor de
cabeza que encima lo hizo estar en boca de todos.De acuerdo a lo relatado por Sebastián Tempone en
Infama, cuando Adrián llegó a la zona de la Boyita, donde tiene una casa
en un barrio privado, arregló con "Manolo", un supermercado cercano,
que sus empleadas pasarían por el local a comprar lo que necesitaran
para la cena de fin de año y que él se encargaría luego de pagar toda la
deuda. Como en el local conocían al productor desde hace bastante y
había buena onda, accedieron a esto y comenzaron así su lista de fiado.Con el paso de los días, esa lista se fue engrosando hasta que llegó a
la abultada suma de ¡1700 dólares! Un día que él pasó a comprar algo,
la gente del local se acercó con buena onda y le pidió si podía abonar
la deuda que tenía. Y la reacción de Suar fue tremenda: cuando le
mostraron los tickets, no podía creer la deuda que había. Pensó que se
trataba de un error y por eso pidió que le dieran todos los papeles para
controlarlos... ¡pero nunca más volvió!Cansados de la situación, unos empleados del local aprovecharon que
debían llevar pedidos al country donde él vivía y tras entregarlos, le
tocaron el timbre de su casa reiterando el pedido del pago. Sin ninguna
excusa, Suar pidió disculpas por la situación, abonó todo lo que debía
(que en pesos rondaba los 25 mil) y retomó la buena onda con el local.
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