Resulta extraño que en las últimas semanas, una prestigiosa actriz
que cultivó un "bajísimo perfil" es objeto de una campaña sistemática y
encarnizada en contra de su imágen pública.Inicialmente fue un trascendido vertido desde la producción teatral de
"Familia de Mujeres" que acusaba a Luisa Kuliok de exigir "absurdos privilegios"
(un remis para llegar al trabajo o una casa que había sido acordada en el
contrato), luego la supuesta negativa de la actriz a tomar contacto con la
prensa (cuando había dado notas de lanzamiento de temporada) y como si fuese
poco, anoche desde la sala teatral la sindicaron como autora de un bofetazo a
una compañera.Kuliok calla y no entiende por que el ensañamiento ni desde donde
está dirigido. Muchas de las compañeras que la atacan ante cámaras, se disculpan
luego y le dicen que es un juego mediático. Tres de ellas no tienen contacto
personal con la protagonista de "La extraña dama" y dos tienen una excelente y
cercana relación de compañeras.Luisa Kuliok fue sumada a la propuesta para dar "prestigio" al espectáculo,
tal como se lo expresó en las primeras reuniones en común, su director José
María Muscari. Su entusiasmo se vivió en las primeras notas antes del
estreno, después algo cambió o alguien decidió utilizarla por su temperamento
como "chivo expiatorio" dado que había manifestado que se prestaría a la
difusión del show pero no a movidas mediáticas armadas.Su carrera está nutrida de excelentes trabajos como: "La fierecilla
domada" y "Hamlet" de Shakespeare, "La muchacha loba" de Patricia Suárez, "Sabor
a Freud" de José Pablo Feimann, "Che Madame" donde fue dirigida por Osvaldo
Bonnet, "Las damas indignas" y recientemente "El collar de la Paloma" que
presentó el año pasado en Italia dirigida por Helena Tritek, "El alma inmoral"
de Nilton Bonder y "Las obreras" que protagonizó junto a Rita Terranova.Kuliok transitó 40 años con absoluta discreción pública y excelencia
interpretativa, se la recuerda por éxitos y buenos momentos entre compañeros.
Este verano, la diva de las telenovelas del Canal de Romay, encontró el sabor
amargo del ataque mediático de parte de quienes menos esperaba.
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