jueves, 28 de agosto de 2014

Chisme para todos

Dejó de ser el hijo malquerido de la televisión, el jamás premiado, el siempre atacado por amarillo, malo y feo. Intrusos o Infama tienen competencia directa de los menos pensados y por todos lados. Los que hasta ayer los menospreciaban, hoy copian su fórmula del impacto. Hacer chimentos se ha vuelto el camino fácil.El chimento, el de Rial, el de Canosa, el de Ventura, Lucho Avilés y la tía Valentina, murió como lo conocíamos. Porque en la actualidad es parte de los noticieros, se debate en los magazines, se produce en los realitys y hasta llega a los programas políticos. Hoy TODOS los programas en vivo de la televisión abierta incluyen en mayor o menor medida el chimento.El último ejemplo, Nosotros al mediodía, el recién estrenado magazine de Fabián Doman. A menos de tres semanas de su estreno cayó en las polémicas de turno y entre la indefinición con la que fue planteado y la salida de Karina Jelinek, busca su destino con peleas entre Fernanda Iglesias, su columnista de espectáculos,con Jorge Rial o Mónica Farro.El diario de Mariana ya lo había hecho el año anterior. Muy pronto se abandonó la idea de darle a Fabbiani su propio Hola, Susana con invitados freak, juegos en el piso e invitados para enmarcar su perfil blanco. La inclusión de Ángel De Brito y salida de Humberto Tortonese fue el tiro de largada para la carrera "chimenteril" de El diario…, que en El Trece sonó a deja vú. Dale la tarde!, el programa de Ideas del sur al que le tocó reemplazar tras su levantamiento, había seguido los mismos pasos y mutó de magazine con Florencia Peña a intento de programa de espectáculos con Mariano Iúdica.El chisme se ha vuelto, para ellos y para otros ciclos que anhelaban otro destino, en la pasta base o "paco"de la producción televisiva: un alarido desesperado del vive poco y rápido de los programas.

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