Crítica: “Tomate la Tarde”

La llegada de Tomate la tarde a la Televisión Pública Argentina modificó la estructura de la pantalla estatal. Un equipo descontracturado, pero no por ello desorganizado, combatieron la cálida tarde y valoraron su turno de cambiar las intenciones de la señal.Gastón Recondo como un claro comandante, se animó a llevar adelante el ciclo con una cuota de espontaneidad. Pronto Juliana Gattas se encargó de secundar y demostrar que puede separarse, al menos por un rato, de ser la voz femenina de Miranda!.Tras ellos Cecilia Ruffa, quién sorprendió como mano derecha de la dupla principal. Martín Garabal completando el equipo y acompañando a llevar adelante el vivo de una manera “relajadamente perfecta”.Un clásico primer programa en el que se ponen a prueba todas las partes de una unidad. En Tomate la tarde no se notó la presión del estreno, se notó la necesidad de que guste, de que salga bien.Una pantalla que poco tenía que ver con la energía constante pasó de la actualidad a la música, y de ahí a la calle con un móvil de exteriores desde Córdoba respetando las reglas del juego al cumplir con el recorrido federal.Invitados también hubo. Para inaugurar el living y sumar su voz la primera en dar el presente fue Soledad Pastorutti. Más tarde llegó una psicóloga a sumar su conocimiento, pronto la música de la mano de Los Caligaris, la actualidad con la voz de un especialista y una testigo por la tragedia en Costa Salguero, hasta pasar por una mano a mano con Ricardo Darín, para no dejar descubierto el séptimo arte.Tomate la tarde demostró que está capacitado para cumplir con todas las condiciones deseadas por la pantalla que optó por hacer cambios probando con diferentes ciclos. Entre cada uno de los integrantes del magazine poco tiene que ver entre sí y eso fue lo que hizo que se conforme un bloque sólido para darle el ritmo que tanto se esperaba en el horario más difícil que demostró tener la TV Pública.